La verdad indiscutiblemente bella, tenue; como inocente que es, cree en sí misma, estira todo el cuerpo en la mañana, con total seguridad de poder extenderse indefinidamente. Te miro coqueteando en el espejo donde estás. Te añoro con humildad y recelo. Sos tan solvente como la verdad. Acaricio tu fuga, mientras vos sentís que acaricio tu pelo.
Pobres desencuentros.
Con la misma certeza que te olvido, me esperás de espaldas, quieto. No buscamos, en verdad, la soledad, solo nos convencemos. Siempre tiene el deseo la gentileza de amparar el silencio. Después, vamos a estar juntos de nuevo. La humedad va a socorrer el momento en que nos reconocemos.
Pobres desencuentros.
Pobres desencuentros.
Con la misma certeza que te olvido, me esperás de espaldas, quieto. No buscamos, en verdad, la soledad, solo nos convencemos. Siempre tiene el deseo la gentileza de amparar el silencio. Después, vamos a estar juntos de nuevo. La humedad va a socorrer el momento en que nos reconocemos.
Pobres desencuentros.